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lunes, 6 de enero de 2014

Prefiero callarme y dejarte marchar

Prefiero callarme y dejarte marchar

La niña de las despedidas frías ha puesto punto y final, a su manera, como siempre.


Qué manera más diferente de leer e interpretar la sinceridad y el cariño con que se dicen las cosas... yo me acosté con la estúpida ilusión de verte hoy pasar por mi casa y tú te acostaste con la idea en la cabeza de acribillarme con palabras de adiós.

Intento justificarme sin tener que justificarme pero ya no me escuchas. Ni tú ni yo hemos aceptado nunca esta realidad. Y hasta para echarme de tu vida apagas tus sentimientos, ¿en qué momento se te congeló el corazón? Me cuelgas indiferente y me doy cabezazos contra la pared por no gritar, porque todavía me queda algo de cordura para callarme.


Mira, paso... paso de que sigas sin enterarte de nada, paso de que no quieras saber que te di mi vida a cambio de nada, paso de intentar arreglar, reconducir, sanar, fortalecer o reconstruir esta relación, porque también sabes que me has dejado sola en esto y vacía, vacía como este blog tan triste que borro entero porque releer tanto dolor me destroza aún más el alma si cabe. Y porque prefiero callarme y dejarte marchar aun sabiendo que no volverás.