FELIZ MENTE SEPARADA |
ESTADO CIVIL? FELIZ MENTE SEPARADA!
Muchas fueron las razones que me impulsaron a tomar la decisión de separarme, aunque no legalmente aun. El miedo a perder algo que crees tener te paraliza de tal forma que postergas por mucho tiempo, muchas veces durante años, una decisión que es definitivamente necesaria. Eso me sucedió a mí y le sucede a muchísima gente que prefiere quedarse en una relación que no les satisface por el temor a perder, a perder algo que creen tener y lo peor de todo es que no tienen nada, al menos nada sano. Pero en todo esto hay una buena noticia y es que muchas veces cuando se pierde: se GANA, y esto es algo totalmente real, esencialmente cierto. Y esa fue la idea que me permitió sentirme mejor una vez tomada la decisión de separarme definitivamente; el hecho de saber que estaba perdiendo muchas cosas pero que esas pérdidas implicaban que a la vez iba a ganar muchas más, me tranquilizaba, me daba paz y al mismo tiempo me llenaba de entusiasmo y de alegría. No fue nada fácil tomar esa decisión y mucho menos asumirla.
La vida se había encargado de ponerme frente a una encrucijada, era el momento de escoger entre seguir viviendo en el dolor y la tristeza o probar algo nuevo, algo desconocido, algo diferente; pero aún así yo me aferraba a lo que conocía, quería mantener mi matrimonio a costa de lo que fuera.
De muchas maneras, Dios, el Universo, la vida; quien quiera que sea el responsable, me había estado enviando mensajes sobre la decisión que debía haber tomado ya hacía tiempo. Yo me negaba a ver y me hacía creer a mi misma que todo estaba bien y que si yo me esforzaba todo iría aún mejor. También me decía que mi infelicidad se debía a que no me sentía contenta conmigo misma y que debía trabajar en mi autoestima, y parte de eso era cierto; pero no era la razón de tanto dolor y tristeza.
Los mensajes comenzaron incluso antes de casarme, pero no; como iba yo a perder la oportunidad de casarme si ya estaba en edad de hacerlo y dentro de poco tiempo todo el mundo me vería como una solterona, total ya tenía veintisiete años, ya casi me iba a dejar el tren, tenía que casarme, no estaba dispuesta a quedarme a vestir santos, como decimos en mi país. Ojalá y hoy tuviera de nuevo veintisiete años, les aseguro que hubiese dejado al novio plantado en el altar.
Yo tenía que casarme. Siempre había soñado con una boda de cuento de hadas; el vestido blanco, el bendito vestido blanco, y un príncipe azul.
Entonces, a partir de ese momento comencé a vivir durante unos cuantos años: siete para ser más específica, una vida parecida a cualquier cosa menos a la vida que yo había soñado. Gracias al cielo que después de muchos años de aprendizaje y experiencia, hoy estoy clara de que es lo que realmente sueño y trabajo cada día por Vivir la vida que realmente deseo, he entendido que lo más importante no es tener a alguien a tu lado a costa de lo que sea, sino que la vida se trata de acercarse cada vez más a quien realmente eres. Gracias al cielo hoy día Soy feliz aquí y ahora!
NO TE ODIO, TE AMO